martes, 20 de marzo de 2012

Tiburones, ¿víctimas o víctimas?


Poneos en situación. Vais tranquilamente paseando por el campo. De repente llega una nave espacial con unos extraterrestres que se creen mejores que tú, cuando quizás su único logro ha sido construir una nave cojonuda para venir a la Tierra. Entonces te capturan, te suben a su nave, te amputan tus brazos o piernas, o ambos, y te vuelven a dejar en el campo, a tu suerte. No creo que un escualo, cuando le amputan sus aletas y lo devuelven al mar,  tenga la capacidad de pensar “que hijos de puta, lo que me han hecho”, pero si estoy seguro que al igual que tú en tu hipotético encuentro anterior, sufre, sufre mucho y al final muere.
  
El aleteo de tiburones o finning, consiste exactamente en el surrealista ejemplo anterior, cercenar las aletas a los tiburones capturados y desechar sus cuerpos al mar, en la casi totalidad de los casos aún con vida. Esta barbaridad se debe a la gran diferencia de precio entre la carne del tiburón y sus aletas, pudiendo llegar a costar estas últimas cientos de euros por kilo.


Conocía un poco por encima este tema, pero investigando un poco más y siguiendo las pistas de los amigos del foro Blog Tiburones me he quedado completamente helado, sobre todo al ver que España es uno de los mayores proveedores mundiales de aletas de tiburón. Vergüenza de ser de la roja, de la roja sangre. Y China… mientras no viaje allí y me impregne de su cultura milenaria, de momento sólo le puedo agradecer a China el poder comprar cerveza pasadas las 10 de la noche. Es triste que un país demuestre tanto desprecio por la vida animal, ya que por desgracia los escualos no son las únicas víctimas de sus absurdas costumbres. Me regocija la idea de un gato de la suerte gigante, armado de una maza, golpeando a todo aquel que saborea un plato de esa sopa tradicional de aleta de tiburón. ¿Cafre? Sí, lo soy mucho ante la barbarie.

A la gran demanda por parte del Este Asiático (China, Japón, Malasia,...) y la comentada rentabilidad de las aletas frente a la carne, hay que sumar otra ventaja para los  pescadores que practican el finning, y es simplemente espacial, las aletas ocupan menos en las bodegas de los barcos que los cuerpos enteros. Así, esta práctica y la brutal sobrepesca a la que se ven sometidas las distintas especies de tiburones hacen que su población se haya visto reducida en torno a un 80-90% en los últimos años.


Desde que tengo uso de razón me ha fascinado la elegancia de los tiburones, unos animales magníficos que pueblan nuestro planeta desde hace más de 450 millones de años. Por sus características biológicas, como su lento crecimiento o su número reducido de crías, son especialmente débiles frente a la avaricia del hombre. Además, al reducir su población se pueden ocasionar desequilibrios en los ecosistemas marinos, ya que su papel como depredadores superiores es fundamental.

Es muy triste que la gran mayoría de la gente piense que los tiburones son crueles asesinos. Sólo unas pocas, muy pocas especies de las más de 1000 existentes son potencialmente peligrosas para los humanos, y no olvidemos que cuando atacan lo hacen en su medio natural, ese que algunos sentimos como nuestro pero no lo es. Ningún tiburón te morderá mientras tomas el sol en una hamaca, esto es una perogrullada pero a veces el homo sapiens parece olvidarlo. Por eso, y mientras no vivamos en un Waterworld kevincostneriano, los tiburones son meras víctimas de nuestra crueldad. Dejo una tremenda cifra para la reflexión: aproximadamente 270.000 tiburones mueren en todo el mundo cada día a manos del hombre.


Mucho tienen que cambiar las cosas para que no extingamos multitud de especies de tiburones. En ese sentido se vislumbra algo de esperanza al ver que la Unión Europea, aunque tarde, está tomando cartas en el asunto. Esperemos que el Plan de Acción para los tiburones, con el que se deben cerrar los vacíos legales existentes en la prohibición del aleteo e imponer y respetar límites de pesca, funcione.

En noviembre de 2011 la Comisión Europea propuso acabar con el cercenamiento de las aletas de los tiburones a bordo de los buques, sin excepciones (COM (2011) 798), con lo que todos los tiburones desembarcados deberán tener las aletas adheridas al cuerpo de manera natural. El Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de pesca deben estudiar la propuesta de la Comisión y ultimar las modificaciones al Reglamento en materia de aleteo. Ya que la Unión Europea tiene una gran influencia en las políticas pesqueras de todo el mundo, si aquí conseguimos proteger a los tiburones, estaremos brindando un mejor futuro a todos los escualos del mundo.

Si en alguna ocasión te ofrecen sopa de aleta de tiburón, recuerda todo lo que hay detrás de ese plato. Es posible que unas cucharadas de crueldad te resulten indigestas.


Gracias a Jumer y Nomacek del foro Blog Tiburones por la información.


3 comentarios:

  1. Desde luego es increible de lo que somos capaces!

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  2. Leñe, para hacerse uno la idea, es como si viniesen Predators a buscarnos y nos dejaran en el campo mutilados, sin piernas ni brazos... La verdad que los seres humanos somos capaces de lo mejor y de lo peor... :(

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